"En este gran ensayo clínico, multicéntrico y aleatorizado con la participación de personas con alto riesgo cardiovascular, se ha podido demostrar que la dieta mediterránea complementada con aceite de oliva virgen extra o frutos secos se asocia a una menor prevalencia de síndrome metabólico en comparación a una dieta baja en grasa, "apunta la Dra. Nancy Babio *, coautora del trabajo y también profesora de la Unidad de Nutrición Humana de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad Rovira i Virgili - el Hospital Universitario de Sant Joan de Reus.

"Como no hubo diferencias entre los grupos en cuanto a la pérdida de peso o la ingesta calórica, los cambios observados son probablemente atribuibles a la diferencia en los patrones de la dieta.", Apunta el Dr. Jordi Salas-Salvadó.

Del estudio también se concluye que la dieta mediterránea complementada con aceite de oliva o frutos secos "no parece reducir el número de nuevos casos de síndrome metabólico aparecidos en el tiempo si se compara con una dieta baja en grasa" afirman los autores que apuntan a que, sin embargo, una dieta mediterránea complementada con aceite de oliva virgen o frutos secos parece ser beneficiosa para revertir el síndrome metabólico y los riesgos para la salud que ello conlleva ".

EL PERÍMETRO DE CINTURA Y LA SALUD CARDIOVASCULAR

Investigadores del IMIM (Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas) que han hecho el primer estudio sobre obesidad abdominal infantil en España recomiendan medir la cintura de los niños y niñas en las revisiones pediátricas. El estudio, concluyó que incorporar la medida de la circunferencia de la cintura de niños y adolescentes en la práctica clínica permitiría detectar mejor el riesgo de tener enfermedades cardiovasculares.

Los investigadores han podido observar que un 7% de los niños con peso considerado normal tienen obesidad abdominal, es decir, una acumulación de grasa en el abdomen. Si sólo se les toma la altura y el peso, este dato, pasa desapercibida.

El estudio es el primero que se realiza en el Estado sobre obesidad abdominal en niños y adolescentes, y ha contado con datos de más de 1.500 menores entre 6 y 17 años que han participado en el estudio Enkid sobre nutrición y hábitos alimentarios.

El 21% de los niños y el 14% de los adolescentes tienen esta acumulación de grasa en el abdomen, unas cifras que los investigadores califican de demasiado altas. Las causas son las mismas que en la obesidad en general, sobre todo unos malos hábitos alimenticios y poca actividad física, y, en parte, una cierta predisposición genética.

Para realizar este estudio se han utilizado los últimos datos disponibles, que son del año 2000. Y lo que más preocupa a los especialistas es la tendencia, porque ahora se está haciendo una actualización, con datos catalanas, y ya apuntan un aumento importante de la obesidad abdominal, que llegaría al 30% de los niños.